Tras visitar lo que la maleza
nos permita hay que volver al alambrado y seguir un camino que asciende
hasta la parte superior del farallón rocoso. Las cazoletas y el embalse
se localizan fácilmente. Hay que deleitarse un rato con las hermosas
vistas.
La senda que debemos seguir discurre
paralela a la cornisa rocosa y se introduce en un espeso matorral donde es
fácil localizar el sendero a seguir. Tras recorrer aproximadamente 2
kilómetros llegamos a la llamada Senda Soriana, C,
antigua vía romana, que sirvió durante la Edad Media como cañada para
los ganados de la Mesta. En la actualidad es una pista forestal que une
Regumiel con Quintanar.
Seguiremos esta pista hacia la
izquierda durante aproximadamente 1 kilómetro hasta llegar a un punto, D,
a la izquierda de la carretera donde el arcén se ensancha, hay un pino
con la base quemada y un pequeño manantial. Bajando las escalinatas
naturales formadas por las raices de los pinos llegamos a un pequeño
valle que en su parte izquierda tiene un pequeño prado y un conjunto
rocoso donde se halla el eremitorio de Cueva Andrés del siglo IX con un
hermoso arco califal, varias tumbas y diversas hornacinas.
Debemos desandar el camino y
volver de nuevo a la pista forestal (antigua Senda Soriana), D.
Continuaremos hacia la izquierda (en dirección a Quintanar). Al cabo de
un rato la pista cruza sobre el pequeño río Torralba en una zona curva
de la pista. Luego llegaremos a las tenadas de Torralba, E.
Tomaremos la senda que desciende a la izquierda, a unos 100 m se halla la
impresionante necrópolis de Cuyacabras, con 166 tumbas, 13 nichos, una
escalinata labrada en la roca que da acceso a una iglesia rupestre y una
deteriorada talla de una virgen negra.
Luego hay que volver de
nuevo a la pista forestal, E, y continuar
tomando siempre en todas las bifurcaciones importantes, F
y G, la pista de la mano izquierda. De este
modo acabaremos volviendo al punto de partida, Revenga.
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